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¿Qué es el Síndrome de Asperger?

El Síndrome de Asperger NO ES una enfermedad mental.
Es una condición neurológica asociada con problemas sensoriales. Esto significa que la gente con Asperger ha nacido con un cerebro y un sistema nervioso que atiende, procesa, integra e interpreta la información sensorial de manera diferente a la mayoría de las personas. Cuando la luz entra en los ojos de la persona con SA, o el sonido viene a sus oídos, la persona no percibe estos estímulos de la misma forma en que otras lo harían; él o ella no recibirían los mismos mensajes, llegarían a las mismas conclusiones, o reaccionaría de la misma forma en que otros lo harán. Por ejemplo, un niño con SA con una gran sensibilidad auditiva. Él continuamente escucha sonidos de golpeteo y raspado en su escuela, sonidos que sus compañeros no perciben o son capaces de descartar. Él se preocupa de estar escuchando los crujidos previos a un eminente sismo. Los sonidos son de hecho provocados por los niños en el salón de arriba cuando mueven sus sillas. Una vez que el niño con Asperger se le ha tranquilizado diciéndole que estos sonidos que escucha son reales pero inofensivos, y que las patas de metal de las sillas son recubiertos con tapones de hule, ¡el niño finalmente puede relajarse y atender a la voz de su profesor!
Muchos tienen excelente memoria para los hechos (aunque sean incapaces de recordar rostros). Algunos tienen dones cognitivos, técnicos o artísticos (artes visuales, música, escritura). Es posible que los grandes triunfadores como el científico Albert Einstein, el matemático y descifrador de códigos Alan Turing, el músico Glenn Gould, el compositor Zoltan Kodaly, el artista Miguel Ángel y muchos otros tuvieran Síndrome de Asperger no diagnosticado. Grandes triunfadores con Asperger viven hoy, entre ellos se encuentran la profesora y autora Temple Grandin, Liane Holliday Willey, Dawn Prince‐Hughes y el presidente emérito de AANE Stephen M. Shore. Stephen Shore, es autor y candidato a doctorado (en educación), conferencista mundial sobre autismo y SA.
Un niño con SA probablemente será menos maduro que otros niños de su edad en su desarrollo socio‐emocional. Por ejemplo, un listo chico de nueve años con Asperger puede comportarse en muchas formas como si tuviera seis años, incluyendo rabietas y berrinches, conductas que muchos de nueve años ya han abandonado superado. Al mismo tiempo, este niño puede tener dificultad de integración sensorial: sensibilidad extrema para algunas tipos de luces, sonidos, sabores, texturas u olores, en otros casos hay falta de sensibilidad en una o más áreas, resultando en una dificultad para confrontar la información sensorial. Estos niños tal vez sean incapaces de tolerar el salón de clases con luces fosforescentes parpadeantes o una ruidosa cafetería llena de sus compañeros. Ellos pueden aborrecer ciertos sabores o se rehúsen a ponerse suéteres picosos. Ellos pueden desperdiciar tiempo y energía valiosa recuperándose de “colapsos sensoriales” al sentirse sobrepasados y abrumados. Muchos podrán tener dificultades en la acción ejecutiva (la habilidad de organizarse a sí mismo, hacer planes, iniciar acciones, llevarlas a cabo y terminarlas). Tal vez tengan un desarrollo lento de habilidades motoras gruesas (caminar, saltar la cuerda, manejar la bicicleta, jugar deportes) o habilidades motoras finas (como la letra legible).
Mucha gente con SA tienen altos niveles de ansiedad. Tienden a ser rígidos, concretos y piensan literalmente. Pueden tener intensos intereses especiales, aunque el tema tiende a cambiar mientras van creciendo. Tienden a seguir una rutina que les da sentido de orden y estabilidad en un mundo que les es confuso y abrumador. La principal área de retrasos es en las áreas del desarrollo social y comunicación, especialmente la habilidad de usar los lenguajes de recepción y expresión en con texto. Los niños/as con SA se sienten más cómodos con los hechos que con los sentimientos. Aunque les guste seguir las reglas, ellos generalmente fallan a la hora de intuir importantes reglas sociales no escritas, y necesitan que se les explique explícitamente estas. Ellos/as no entienden cómo llevar una conversación casual y hacer amigos. Ellos/as pueden tener problemas al empezar, participar y terminar conversaciones, especialmente en grupo (es un poco más fácil uno a uno). Ellos pueden pararse muy cerca de otros, hablar muy alto o en un tono monótono, hablar por mucho tiempo, usar expresiones estilizadas o un sobre sofisticado vocabulario, interrumpir y disertar sobre sus tema favoritos aunque los otras personas ya hayan perdido interés. Porque tienden a ignorar o malinterpretar el lenguaje corporal, expresiones faciales y tono de voz, también pueden perder el verdadero significado de lo que alguien está tratando de decir. Son “sordos” a las reglas implícitas que rigen los lazos sociales, la autoridad y a las jerarquías. Ellos/as pueden inintencionadamente ofender a las personas o parecer rudas. Muchos/as niños/as con Asperger desesperadamente quieren amigos/as, pero no saben cómo hacerlos o mantenerlos. Después de muchos rechazos, pueden perder la esperanza y dejarlo de intentar. Otros son más introvertidos y autosuficientes, encuentran satisfacción en actividades solitarias.
FUENTE: Manual AANE: Introducción al Síndrome de Asperger
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